En el 2018 por ahí por junio algo empezó a cambiar, me sentía cansada, no dormía bien, mi ánimo estaba bajo, estaba orientada a trabajar y eso generaba que cada vez comía peor, en pocas palabras “mataba el hambre”, pero no consumía alimentos que fueran nutritivos, en mi dieta existían muy pocas verduras y frutas. Abundaba el procesado y la comida al paso.
No sólo estaba este malestar general sino que además mis manos empezaron a amanecer rígidas y cerradas. De hecho el meñique de la mano izquierda quedaba gran parte del día en forma de gancho.
Luego de un tiempo seguía sintiéndome mal pero en ningún momento tomé medicamentos ya que no quería disfrazar lo que me sucedía. Pero no podía continuar así, por esa razón comencé a indagar y lo más sensato era ir al médico.
La verdad es que el médico pidió algunos exámenes entre ellos el factor reumatoideo el que salió bastante alterado, luego visité a más de un reumatólogo para tener más de una opinión. Ahí me vi enfrentada a tomar una decisión ya que no había duda de que se trataba de Artritis Reumatoide y cuando me explican que el tratamiento consistía en metotrexato y corticoides, me pareció muy invasivo y con altas probabilidades de efectos secundarios. Además dicho por la misma reumatóloga que me atendió no existía garantía de una remisión completa de la enfermedad.
Luego de reflexionar al respecto, dije “entonces la propuesta es tomar medicamentos que probablemente tendrán efectos secundarios en otra parte de mi organismo pero a la vez no garantizan en nada la recuperación total”. ¡No me hace sentido!
Pero como algo tenía que hacer seguí indagando y navegando por internet ahí me topé con el libro de Claudette Duchesne, Cómo me sané de Artritis Reumatoide que me llevó directamente a mi médico tratante, Pedro Silva, el cual es internista, neurólogo, iriólogo y además era el médico tratante de la autora del libro. Él trabaja con la naturopatía, la que aborda a la persona como un todo, buscando potenciar las capacidades curativas innatas del organismo.
Cuando conocí a Pedro dije “él es”. Al escucharlo hablar me hizo todo el sentido ya que la pauta a seguir incluía un cambio drástico en la alimentación, eliminando todo producto que generara más inflamación y potenciaba los que me nutrieran, agregó infusiones de hierbas, baños calientes en base a eucaliptus con sales termales para bajar inflamación y dolor de las articulaciones. Además de inmunoterapia y suplementos alimenticios.
Tomar una opción u otra tendrá un impacto en nuestra vida y en este caso al ser una camino menos convencional podría ser considerado como riesgoso.
Pero mi reflexión antes de partir fue “si ningún tratamiento me puede garantizar mejoría absoluta, al menos con esta opción alternativa no estaré generando efectos secundarios o adversos. Al contrario poco a poco mi organismo se empezó a restaurar.
Ana V. Morales